domingo, 27 de noviembre de 2016

La casa de las muñecas, un burdel extremeño para el servicio de Carlos V

Esta semana viajamos a tierras extremeñas para adentrarnos en uno de los paisajes más fabulosos de toda España... el Valle del Jerte. Y nada mejor que hacer un descanso en la bella localidad de Garganta la Olla para explicarles una historia "pornográfica", pero no se asusten! Si hacemos casos al origen etimológico de esta palabra* significa que voy a describirles una historia acerca de la prostitución.

Prostituta robando a un joven en un grabado del siglo XVI
(*La palabra pornografía proviene de los vocablos griegos 'pome' que significa prostitución, y 'grafía' que equivaldría a descripción.)

Piscinas naturales del Valle del Jerte, Extremadura.

Casa de las Muñecas,
Garganta la Olla.
Para empezar a narrar esta historia deberán acompañarme por las estrechas callejuelas de Garganta la Olla hasta encontrar una casa muy especial situada en la calle Chorillo número 3, una casa que llamará enseguida su atención por el color azul de su fachada.

Estamos ante la conocida como 'Casa de las muñecas' y su vivo color es debido a un pornográfico motivo...

Corre el año 1557, el más grande y poderoso monarca europeo, Carlos V, frustrado ante el fracaso de su política imperial y desolado por las guerras de religión que asolan su Alemania natal decide retirarse al monasterio de San Jerónimo de Yuste. Con él viaja una extensa comitiva de cientos de personas: secretarios personales, soldados, nobles e hidalgos de todo tipo y condición, sirvientes, incluso su relojero personal ...

Además durante su estancia en el Monasterio, numerosos personajes de la Corte pasaron por allí para visitarle e intentar conseguir algún favor del Emperador, entre ellos el propio monarca Felipe II.

Monasterio de Yuste, Extremadura.
Fotografías: Daniel Toril
Por todo ello, la vida social de las villas cercanas al monasterio vivieron una prosperidad y un auge inusitado, entre ellas, la población de Garganta la Olla, por lo que se creyó conveniente autorizar la creación de varios prostíbulos en la villa para el esparcimiento y diversión del séquito y la soldadesca que le acompañaba y no hacer peligrar la virtud y la honra de sus respetadas lugareñas. Como curiosidad podemos añadir que extrañamente esta mancebía estaba situada en una esquina de la plaza mayor del pueblo, en vez de en sus arrabales que solía ser el lugar acostumbrado donde se emplazaban los burdeles.

Garganta la Olla, Extremadura.
Fotografía: Daniel Toril

Uno de estos prostíbulos o mancebías fue esta 'Casa de las muñecas', y ese color añil tan llamativo de su fachada era el reclamo para sus clientes, aunque la vivienda contaba con otros símbolos que lo identificaban como una mancebía. Así a día de hoy aún podemos ver grabada en una de las jambas de granito que coronan la entrada la figura de una mujer; otra figura similar se aprecia en la cerradura de la puerta. Es por ello que esta popular mancebía recibió el peculiar nombre de  'Casa de Muñecas'.

Detalle de la puerta de la
Casa de Muñecas.
Además sabemos que antiguamente existía un pequeño ventanal al lado de la puerta que permitía ver a las meretrices desde la calle, pero sólo los caballeros podían contemplar el interior del burdel ya que este pequeño ventanal estaba situado a la altura de un hombre a caballo, así éstos podían contemplar sin necesidad de desmontar la balaustrada existente en su patio interior donde aguardaban sentadas estas "mozas de fortuna".

Como ya explicamos en este post sobre la mancebía Valenciana, uno de los mayores prostíbulos de la Edad Media, la vida de estas mujeres estaba bastante regulada por las autoridades civiles. Además estaban obligadas a utilizar una serie de elementos claramente distintivos para distinguirlas de las mujeres de buena honra, normalmente algún tipo de prenda de color pardo, como ya contamos en este post sobre el origen de la expresión 'irse de picos pardos'.

Y aunque con la muerte del Emperador la prosperidad del pueblo decayó y con ello el cierre de alguno de los tres burdeles que tuvo el pueblo, sabemos que al menos la actividad de 'La casa muñecas' prosiguió durante bastante años más, ya que la zona era bastante transitada y la demanda de servicios sexuales era una poderosa fuentes de ingresos para los municipios. Todo ello vendría confirmado por el testamento de la dueña de la propiedad, que al morir sin descendencia en 1614, quedó registrada su actividad en dicho documento.

Cerradura de la 'Casa de Muñecas'













sábado, 19 de noviembre de 2016

Sexo y Moral en la España de Felipe IV

Nada mejor que analizar la sexualidad de la España de la época de los Austrias para comprobar la doble moral que siempre ha existido en torno al sexo...  y es que a pesar de la estricta y férrea moral sexual pregonada por la Iglesia contrareformista y exaltada por la propaganda del reino, si por algo destaca la España de la Edad Moderna es por su inmoralidad y por la escandalosa corrupción de costumbres, especialmente entre las capas sociales más distinguidas, incluida ¡cómo no! la propia casa real.

Por lo que según que fuentes consultemos podemos llevarnos dos imágenes muy distintas de una misma sociedad: Por un lado tenemos a la Iglesia Católica, que no dudó en desplegar todas sus armas para controlar la moral sexual de los ciudadanos y someterlos a un puritanismo que desterrase toda clase de vicios pero también cualquier visión de una sexualidad positiva. Así no nos debe extrañar la abundancia de referencias sexuales en todo tipo de documentos eclesiásticos: en sermones, instrucciones para confesores, libros de espiritualidad,...

 Si por algo destaca la España de la Edad Moderna es por su inmoralidad y por la escandalosa corrupción de costumbres.


Y una de las mejores herramientas con las que contó la Iglesia para imponer su severa moral sexual fue la Inquisición, auténtico brazo armado, que no dudó en utilizar cruelmente, y casi siempre contra los sectores más desfavorecidos de la sociedad para reprimir cualquier atisbo de desviación sexual de la norma, por lo que la fornicación o el adulterio vistos como algo normal entre el pueblo llano pronto fueron objeto de duros castigos.

Pero por otro lado, si analizamos la literatura popular o algunos documentos judiciales podemos observar la otra España, que vivía bajo una sensualidad desenfrenada, donde la corrupción de las "buenas costumbres" era cosa habitual, donde el sexo, la sexualidad y el erotismo estaban muy presentes en la muy católica y recatada España....

Y si hemos decidido titular este post así es porque precisamente durante el reinado de Felipe IV (1606-1665) es cuando esta doble moralidad es más evidente, ya que durante su gobierno se produjo un cierto relajamiento en las costumbres aunque el peso de la moral impuesto por la Iglesia seguía rigiendo la vida del pueblo llano. Un período donde los círculos cortesanos disfrutaron de una vida licenciosa mientras la Inquisición no dudaba en condenar por esas mismas acciones a cualquier otro elemento de la sociedad.

Retrato de Felipe IV, Diego de Velázquez (1623).
Museo del Prado.

Durante el reinado de Felipe IV  es cuando esta doble moralidad es más evidente.


Moralidad Estratificada

La primera característica que podemos destacar de la sexualidad de esta época es que no deja de ser un reflejo de su sociedad, ya que el concepto de pecado, o mejor dicho, la gravedad de la falta cometida era juzgada de manera muy diferente según a que grupo social perteneciese el infractor.  Las clases elevadas gozaban de cierta permisividad ante algunos comportamientos sin que la menor sombra de sospecha o culpabilidad se cerniese sobre estos hombres.

El mejor ejemplo de ello son los numerosos hijos bastardos que toda familia noble poseía, es decir, hijos nacidos fuera del matrimonio y que en muchos casos eran reconocidos oficialmente sin ningún rubor.

Retrato atribuido a La Calderona.
Museo de las Descalzas (Madrid).
También son numerosos los testimonios existentes sobre la lujuria y avidez sexual de lo más granado de la sociedad, distinguidos personajes que no dudaban en flirtear con damas de dudosa reputación en prostíbulos, teatros o tabernas. Y sin duda, el mejor representante de esta situación, no podía ser otro que el mismísimo rey Felipe IV, cuyo desenfreno sexual alcanzó niveles alarmantes: Tuvo hasta 30 hijos bastardos, mantuvo relaciones con mujeres de toda clase y condición, siendo su romance más sonado el que mantuvo con la actriz 'La Calderona', fruto del cuál nació don Juan José de Austria, el único hijo bastardo del rey reconocido.

En cambio, el pueblo llano sufría el rigor de la más estricta moral católica, o al menos así los intentaban aplicar las autoridades tanto civiles como eclesiásticas.


Doncellas y virginidad.

Para la mentalidad de la época el bien más preciado en una mujer era su virtud, por lo que cualquier dama que quisiese mantener su honra intacta debía rechazar cualquier posible tentación, ya fuese de palabra, obra o pensamiento relacionada con el sexo. Y es que para cualquier doncella era fundamental conservar su virginidad y llegar intacta al matrimonio.

Aunque si hacemos caso a la ácida pluma de muchos escritores de la época eran muchas las que alardeaban de ser doncellas pero pocas las que realmente lo eran. Incluso se insinuaba que las mismas doncellas de la corte hacían gala de virtudes que hacía tiempo que habían perdido.

La Fornarina, Rafael Sanzio (1519)
Galería Nacional de Arte Antiguo, Roma.
Era una virtud tan preciada por la sociedad que las leyes castigaban con severidad a los causantes de su pérdida, así que desflorecer a una doncella también tenía sus peligros, ya que el hombre podía ser objeto de denuncia por robarle la virginidad a una mujer. Por lo que el peligro de cárcel o galera, sólo podía evitarse casándose con la mujer o pagándole a la familia de la mujer una buena suma de dinero para paliar la mancha familiar.

Pero en esta España de la picaresca y la doble moral no era extraño encontrar casos donde pícaras damas de "intacta" virtud se compinchaban con algún familiar para engañar a algún hombre incauto  y amenazarle con denunciarlo ante la terrible pérdida que había sufrido la cándida joven ante tan desvergonzado e impetuoso hombre, vergüenza familiar que sólo se podía satisfacer con una cuantía económica.

Pero como decimos esto de la virginidad no era un asunto baladí, era tal el grado de libertinaje sexual existente en toda las capas sociales que no era extraño encontrar escrituras públicas donde se confirmaba bajo notario la virginidad de tal o cual doncella antes de contraer matrimonio, especialmente en aquellas casos donde había sospechas de la vida disoluta de la doncella.

Amantes y mancebas.

Claro ejemplo de todo esto era el gran número de mancebas existentes en la sociedad moderna española, hay que entender que el significado de manceba no tiene porqué corresponder sólo a la mujer de vida licenciosa o de profesión poco honrosa, cualquier mujer que tuviese una relación de pareja, incluyendo trato sexual, pero fuera del matrimonio entraba en esta categoría.

Así por ejemplo las mismas criadas solían convertirse en mancebas dentro de la misma casa donde vivía la esposa, por lo que algunos de estos amancebamientos eran tan duraderos como los mismos matrimonios.

Estaba tan extendida esta figura de la manceba que se daba en todos los estamentos de la sociedad, incluso las dignidades eclesiásticas no se privaban de caer en la tentación de la carne, no sólo curas y frailes, sino incluso inquisidores. Pero a pesar de que la figura del clérigo solicitante estuvo duramente perseguida por el Santo Oficio los procesos abiertos fueron numerosísimos.

The procuress, Jan Gerritsz van Bronckhorst, 1638.
Brukenthal National Museum
Así numerosos viajeros extranjeros quedaban sorprendidos ante el desenfreno sexual que se vivía en la corte española, el francés Brunel escribió que "no hay nadie que no mantenga a una querida o que no caiga en las redes amorosas de una prostituta".

Uno de los casos más sonados fue el del conde de Villamediana, don Juan de Tassis, quién se rumoreaba en los mentideros cortesanos que mantenía un romance con la propia reina, doña Isabel de Borbón, por lo que su asesinato en las calles de Madrid vino a acrecentar este posible rumor.

Aunque como bien advertía  Antonio de Brunel en su "Voyage d'Espagne" (Cap. IX) algunas mancebas destacaban por su picardía a la hora de esquilmar a su amado: "No hay hombre alguno que no tenga su dama y no trate con alguna cortesana... Y como no las hay en toda Europa, ni más viva, ni más descarada, y que entienden más bien aquel maldito oficio, cuando llega a caer alguno en su red, lo despluman bellísimamente".

Pero no hay que olvidar las dos principales consecuencias de estos amancebamientos por un lado tenemos la aparición de numerosos hijos bastardos y por otro, la propagación de numerosas enfermedades venéreas, ambas con importantes repercusiones sociales. Por lo que la prostitución y las casas de mancebías eran la solución para dar rienda suelta a esta promiscuidad social.

Dama enseñando el pecho, Tintoretto, S.XVI.
Museo del Prado


Prostitución: De las casas de mancebías a la clandestinidad

No nos detendremos mucho en el fenómeno de la prostitución ya que le dedicaremos un capítulo aparte más adelante. Simplemente apuntar que los prostíbulos o mancebías estaban normalmente situados en una zona concreta de la ciudad estando regulados por ordenanzas públicas. Aunque como ya hemos tratado en numerosos posts el fenómeno de la prostitución muchas veces escapaba del control de las autoridades locales, existiendo todo tipo de prostíbulos y meretrices. Podemos destacar aquella prostitución de carácter ambulante que siempre acompañaba a determinados colectivos (soldados, campañas agrícolas) o hacía presencia en fechas concretas (ferias y mercados)
.
Este control por parte de las autoridades, ya fuese real o municipal, corría a cargo del denominado padre o madre de la mancebía, persona encargada de hacer valer las ordenanzas, vigilar la salud y las condiciones de las prostitutas y cobrar las rentas.

Era tal el volumen de ingresos que generaban estas mancebías que no era raro que los locales, cuando no los administradores indirectos de estos prostíbulos fuese alguno de los personajes principales de la ciudad, el ayuntamiento o incluso alguna orden religiosa.

Aunque es precisamente bajo el reinado de Felipe IV cuando se inicia la prohibición reglamentada de la prostitución, ya que bajo la influencia de los jesuitas se intentó impulsar una nueva política moral, para ello promulgó dos Pragmáticas: una en 1623, "Prohibición de mancebías y casas públicas de mugeres en todos los pueblos de estos reynos"; y otra en 1661, "Recogimiento de las mugeres perdidas de la Corte, y su reclusión en la galera". Con ellas, la prostitución entraba a formar parte de la clandestinidad y las 'malas mujeres' eran ahora perseguidas y sancionadas.

Ilustración de 'La Celestina'

Pero como se puede intuir estas medidas no tuvieron un resultado demasiado efectivo, ya que el fenómeno de la prostitución se extendió por todos los rincones de la ciudad. Así Meléndez Valdés denunciaba en 1798 que en Madrid:

 "Abundan por común desgracias a cada paso y donde quiera los objetos de la más vergonzoza prostitución; donde la corrupción impudente camina sin freno tan libre y descocada, insultando a la virtud y decencia pública; donde malogrando la severa vigilancia de V.A., la liviandad, el ocio, la miseria, la infame seducción ofrecen sin cesar al vicio nuevas víctimas, donde mil infelices van día y noche por esas calles brindando a todos con sus sucios y vales favores: donde, en fin, es tan fácil ¡ojalá no lo fuese! sacrificar el vicioso a su sensualidad y lascivo desenfreno"

Por último hablar de otra de las muchas caras de la prostitución, la reflejada en la literatura y las comedias teatrales, la del marido consentido que no duda en hacer la vista gorda ante las infidelidades de su mujer siempre que reciba un beneficio económico. Una figura la del marido proxeneta muy habitual en el mundo de la prostitución desde la edad media como ya vimos en otros post.

Delitos.

Uno de los mejores botones de muestra para entender el libertinaje reinante en esta sociedad es revisar los libros de justicia y ver como las infracciones de la moral sexual dominante son bastante habituales tanto por su cotidianeidad como por el especial eco que adquieren algunos casos, sobre todo en los que hay implicado algún personaje de la Corte que interesa que su carrera sea cortada.

Entre los delitos de carácter moral o sexual más habituales encontramos todos aquellos tildados como relaciones ilícitas, adulterios, concubinatos y amancebamientos. En menor medida, encontramos también casos de violaciones y estupros, procesos por alcahuetería incluso de bestialidad, delito asociado a las clases sociales más marginales y castigado habitualmente con la muerte.

Auto de fe de la Inquisición, Fco. de Goya, 1812-1819.
Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, Madrid


El 'sexo contra natura', es decir, las relaciones homosexuales entre hombres fue un crimen bastante habitual. Así en la Corona de Aragón donde el tribunal de la Inquisición tenía plenos poderes para juzgar los delitos de sodomía se contabilizaron entre 1540-1700, 791 casos en Zaragoza, 453 en Barcelona...

Por último señalar que en una infidelidad el marido engañado por su mujer podía ejercer la justicia por su cuenta, siempre que sorprendiera a los amantes "in fraganti". Para ello necesitaba a un testigo y tenía que matar a ambos. El honor llevaba a cumplir con la condena pero la razón llevaría a más de un marido engañado a volver la cara hacia otro lado.

La Bendición, Simeon Chardin.
1740. Museo del Louvre. Paris.
Mujer

Para concluir este amplio resumen sobre el sexo y la moral en la España del siglo XVII vamos a analizar brevemente el papel de la mujer en la sociedad.

La mujer estaba en una situación de total dependencia respecto al varón, que debía ser su valedor y protector. Esta situación venía refrendada tanto por la legislación civil, basada en el derecho romano y canónico, como por la Iglesia que defendía esta situación de subordinación tanto en el púlpito como en el confesionario.

Y no hay que menospreciar la influencia de la Iglesia en este aspecto, ya que normalmente la figura del confesor era de gran importancia en la vida de las mujeres... Así varios eclesiásticos nos definen el papel de la mujer ideal: San Carlos Borromeo sugiere que una dama debe cumplir con "el horario estricto, la oración continua, el recogimiento y la paciencia", por su parte Fray Luis de León también retrató el ideal de la mujer en su obra 'La perfecta casada', una obra donde se esgrimía que la buena católica debía ser modelo de decencia, honestidad y pudor.

Con todo ello podemos adivinar que la mujer estaba por entero circunscrita al hogar y al cuidado de la familia y su hogar, debiendo completa dedicación a su marido. Por otro lado, la mujer era la depositaria del honor de la familia, una valor este del honor de gran consideración en la sociedad del Antiguo Régimen, por lo que una mujer infiel o una mujer que no llegase virgen al matrimonio suponía no sólo una grave afrenta hacia ella misma, sino también hacia toda su familia y la sociedad en general.


Bibliografía

Deleito y Piñuela, José.  “La mala vida en la España de Felipe IV”.  Madrid. Alianza. 2005.

Rodríguez Sánchez, A.;  Hacerse nadie: sometimiento, sexo y silencio en la España de finales del siglo XVI, Editorial Milenio, 1998

Vázquez García, F. y Moreno, A.; Sexo y Razón. Una genealogía de la moral sexual en España (siglos XVI-XX), Akal, 1997.

Francisco Vázquez García / Andrés Moren; Poderes y prostitución en España (siglos XIV y XVII). El caso de Sevilla.

[En Internet]

 http://maestradesociales.wikispaces.com/Grupo+4.+Las+mujeres+durante+la+Edad+Moderna

http://cvc.cervantes.es/literatura/criticon/PDF/069/069_035.pdf


http://www.uv.es/dep235/PUBLICACIONS_III/PDF20.pdf

http://www.madridvillaycorte.es/personajes-doncellas-mancebas.php


sábado, 12 de noviembre de 2016

Venus Ericina: Prostitución sagrada en Roma

En la ciudad de Erice, antigua Eryx, en la isla de Sicilia encontramos uno de los testimonios más claros sobre la existencia de la prostitución sagrada en la antigüedad.  Un tipo de prostitución que se desarrolló en numerosas culturas mediterráneas, incluida la romana, y que tuvo en esta pequeña ciudad uno de sus puntos más activos y conocidos.

Y es que en esta ciudad, de claro carácter comercial, se encontraba uno de los santuarios más famosos de toda la Antigüedad, estamos hablando del Templo dedicado a Venus Ericina, protectora de los navegantes y las prostitutas. Una Venus amada y temida a partes iguales, ya que uno de los mayores temores de los romanos era sucumbir a la pasión amorosa, una pasión tan poderosa como irrefrenable capaz de arrastrar a los hombres hacia las mayores locuras.

Vistas desde la cima del monte de Erice, lugar donde se situaba el Santuario de Afrodita

Y aunque mucho se ha discutido sobre la práctica y difusión de la prostitución sagrada los testimonios que aporta este santuario son irrefutables, ya que no sólo contamos con inscripciones epigráficas sino que todo tipo de fuentes clásicas corroboran su práctica en este peculiar templo: Estrabón, Polibio, Pausanias, Cicerón, Tácito, Esvetonio...

Eryx cuenta con un santuario de Afrodita especialmente venerado que, en el pasado, estaba repleto de esclavas sagradas, mujeres a las que entregaban como ofrenda los habitantes de Sicilia y muchos pueblos de fuera de la isla”.
- Estrabón, Geografía (VI,2,6)

Venus Calipigia.
Museo Arqueológico
de Nápoles
Muchos de estos testimonios nos hablan de la longevidad de este santuario dedicado a una antigua diosa del amor y la fecundidad, como Pausanias (VIII, 24,6) quien dice de este templo "veneradísimo desde antiguo y de riqueza no inferior al de Pafos".

Y aunque fue cambiando el nombre de la divinidad según iban pasando los siglos y las culturas: Astarté para los fenicios, Afrodita para los griegos y Venus para los romanos, parece evidente que este culto a una diosa de la fertilidad parece hundir sus raíces en los antiguos cultos a la diosa madre mediterránea. Una divinidad que encarnaba los valores de la maternidad y la fertilidad pero también los del amor pasional y el sexo como energía positiva de la vida.

Con la conquista cartaginesa de Erice el culto a esta divinidad se fue vinculando con la diosa fenicia Astarté, adoptando el nombre de Astarté Ericina. Aunque la existencia de una prostitución sagrada en este santuario hizo que la fama de este templo se extendiese rápidamente por toda la cuenca del Mediterráneo, acrecentando su fama al mismo tiempo que sus riquezas, ya que comerciantes de todo el Mediterráneo preferían hacer escala en esta estratégica ciudad, por lo que muy pronto el culto a esta Astarté-Venus Ericina se extendió a otros santuarios desde Cerdeña al norte de África (Sicca Veneria).

"Allí, en su misma cumbre, que es llana, se encuentra el templo de Afrodita Ericina el cual es sin discusión el más famoso en riqueza y en magnificencia en general de los templos de Sicilia."
- Polibio, Historias (I, I, 1-88)


El culto

Poco sabemos acerca de los ritos y cultos celebrados en honor a Venus Ericia, principalmente porque los ritos celebrados en el interior de los santuarios eran secretos, protegidos bajo un estricto hermetismo.

Por lo poco que sabemos podemos destacar que estos cultos tuvieron un marcado sincretismo sabiéndose adaptar a lo largo de los siglos a las diferentes culturas y sensibilidades religiosas que se fueron alternando en la zona.

Entre los cultos y ritos que se realizaban en este santuario aunque la prostitución sagrada sea su aspecto más llamativo para nosotros, los peregrinajes y las festividades en fechas señaladas también tuvieron una importancia capital.

Entre los cultos celebrados destaca una festividad realizada en Agosto donde la paloma, el animal más estrechamente vinculado a Venus jugaba un papel muy importante, ya que encarnaba tanto la fecundidad como, por sus alas, el espíritu. Por lo que esta festividad aprovechaba la migración de dichas aves al norte de África para reforzar la conexión de Eryce con su santuario hermano de Sicca Veneria en Túnez.

Las prostitutas sagradas:

Entre los muchos enigmas que nos deja la práctica de la prostitución sagrada es la status social de estas sacerdotisas. Parece claro que estas mujeres eran esclavas, ya fuese por donación, compra directa del santuario, prisioneras de guerra o las hijas de las mismas prostitutas, aunque su consideración social como "prostitutas sagradas" parece indicar que gozaban de ciertos privilegios o al menos de una vida algo más cómoda que el resto de meretrices, ya que se conocen testimonios de mujeres que ingresaron de forma voluntaria en este cuerpo sacerdotal.


Poco más sabemos sobre su posible organización interna y la jerarquía dentro de este cuerpo sacerdotal, lo poco que podemos aventurar es que sus funciones iban mucho más allá de la mera prostitución, ya que estas mujeres serían las encargadas de velar por el correcto funcionamiento del Templo y sus diferentes festividades y cultos.

Incluso contamos con el relato de una prostituta llamada Agonis de Lilibeo quien fue capaz de acumular una pequeña fortuna y comprar así su libertad.

El templo

A pesar de la enorme popularidad que alcanzó este santuario apenas tenemos restos arqueológicos significativos asociados a este templo. Sin duda alguna uno de los mejores testimonios sobre la existencia de este templo nos lo aporta la numismática, ya que tenemos la suerte de contar con una moneda con una imagen de este templo.

La moneda en cuestión es un denario de época republicana, fechado en el año 63-62 a.C. y mandada acuñar por C. Considio Noniano. En su anverso podemos ver el retrato de Afrodita, mientras en su reverso vemos el templo situado en la cima de una montaña tras las puertas de una ciudad amurallada que como la inscripción indica ERVC se trataría sin lugar a dudas de Erice (Erycinae).

Moneda con el templo de Venus Erycina
Además como cualquier culto que se extiende a lo largo de varios siglos sabemos que el Santuario gozó de fases de mayor y menor apogeo. Así por ejemplo Tácito nos habla como durante la segunda mitad del siglo I a.C. el santuario estaba en plena decadencia por lo que sus habitantes rogaron a Tiberio su restauración. Aunque habrá que esperar a Claudio para que el Santuario recobre cierta vigencia con la construcción de un nuevo santuario.

Algunos investigadores como De Vido han señalado la importancia de este Santuario en los fines propagandísticos del Imperio Romano, ya que su asociación con la Venus romana fue esencial para "la afirmación cultural religiosa, y política de Roma impuesta en Sicilia", y es que la importancia de este santuario no sólo radicaba en este tipo de cuestiones identitarias sino también económicas, ya que el santuario aportaba pingues beneficios a las arcas estatales romanas.



El culto de Venus Ericina en Roma
A Favourite Custom
Sir Lawrence Alma-Tadema,1909.
Tate Modern, London, UK.

Su fama siguió acrecentándose con el paso de los siglos, Venus Ericina se convirtió en la patrona de las prostitutas y las meretrices en época romana, y durante los primeros siglos del Imperio este culto fue aprovechado por la propaganda imperial.

Los historiadores romanos (Tito Livio, Ovidio) nos cuentan que el culto a Venus Ericina fue introducido en Roma en el año 217 a.C, tras la derrota de Trasimeno, tan apurados estaban los romanos en pedir los favores de esta escandalosa diosa que construyeron el templo en tan sólo dos años. Así el 23 de abril del 215 a.C. se inauguró el templo, convirtiéndose ese día en la fiesta oficial de las prostitutas y meretrices romanas.

La importancia y la popularidad de este culto viene atestiguado por la construcción de este primer templo dentro del Capitolio, y no en las afueras de la ciudad, como era norma habitual para los cultos y divinidades extranjeros.

Así con el paso de los años y las progresivas conquistas del pueblo de Roma, las sobrias y recias costumbres romanas se iban "contaminando" de la moral sexual más relajada de sus vecinos, por lo que la popularidad de esta Venus Ericina fue en aumento, tal es así, que en el 181 a.C., el cónsul L.Porcio Licino construyó otro templo a la Venus Ericina, cerca de la Puerta Collina, fuera del recinto sagrado de Roma.

En Roma se erige también la reproducción de la imagen de esta divinidad, en el llamado templo de Afrodita Ericina que se encuentra en la Puerta Collina, y que cuenta con una nave y un pórtico a su alrededor dignos de mención".
- Estrabón (VI, 2, 6)

Este segundo templo tuvo que tener un culto de carácter mucho más popular, mucho más cercano al original culto siciliano recibiendo el homenaje de las prostitutas. Por lo que el debate sobre la práctica de la prostitución sagrada en este templo sigue vigente, ya que la aún casta y pudorosa sociedad romana, no vería con buenos ojos este tipo de prostitución sagrada, por lo que algunos autores han defendido que este tipo de prácticas no se realizarían en los templos romanos, sirviendo únicamente como lugar de culto y celebraciones.

De todo ello nos habla Ovidio en sus 'Fastos' (IV, 863-876) quien nos retrata el traslado de la estatua de Venus desde su Erice natal a su nuevo templo en Roma, tras la conquista de Siracussa por parte del cónsul romano Claudio Marcello
Muchachas del pueblo, celebrad la divinidad de Venus. Venus es apropiada para los requerimientos de las que tienen muchas profesiones. Ofreced incienso y pedid belleza y el favor popular, pedid palabras amables y convenientes a las bromas, ofreced a la señora la hierbabuena que ella agradece y el arrayán que es lo suyo y cuerdas de junco ocultas en montones de rosas. 

Ahora es oportuno visitar el templo vecino a la puerta Collina; el nombre lo tiene de la colina siciliana. Cuando Claudio barrió con las armas a la aretúside Siracusa y te conquistó con la guerra a ti, Érice, Venus fue trasladada en virtud de un oráculo de la longeva Sibila, y prefirió que se la venerase en la ciudad de su origen”.

Hay que comprender la importancia de este hecho. Este traslado del culto significaba apropiarse de una deidad del enemigo, ya que esta diosa presentaba bastantes connotaciones púnicas al haber estado bajo territorio de control cartaginés, y no sólo eso, sino que su templo se construyó en el mismísimo corazón religioso de Roma, buscando con ello, reencontrarse con las más profundas raíces de la identidad de la propia Roma para con ello asegurar su victoria sobre sus enemigos.

La fiesta de la Veneralia

Venus Verticordia,
Dante Gabriel Rossetti (1868).
Russell-Cotes Art Gallery
Para hacernos una idea de cómo podía ser este tipo de festividades podemos recordar que en las fiestas de la Veneralia, celebradas el día 1 de abril en honor a una Venus mucho más pudorosa y casta que la Ericina, la Verticordia, tanto matronas como prostitutas participaban conjuntamente en toda una serie de ritos y ceremonias donde se remarcaba la doble sexualidad femenina, es decir, tanto su faceta de madre, la fertilidad, como su lado más erótico, el placer sexual, por ese motivo mujeres de tan diferentes signo social participaban conjuntamente en dichos rituales.

Entre las ceremonias celebradas encontramos desfiles, adornos y ofrendas a la diosa con sus símbolos particulares: las rosas, como símbolo de regeneración, las palomas, como animal sagrado, o símbolos relacionados con el mar como conchas o figuras marinas. Además sabemos que durante ese día las mujeres se bañaban desnudas en las termas para pedir favores a la diosa.

Los testimonios arqueológicos

Acrolito de Ludovisi.
Los restos arqueológicos hallados tanto en Roma como en Ericina no aportan ninguna gran novedades al tema, aunque sí que contamos con dos magníficas obras de arte que seguramente fueran piezas originales del Templo de Erice y que fueron llevadas a Roma para la construcción del segundo Templo de Venus Ericina.

Estas obras son el sensual Trono Ludovisi y el acrolito Ludovisi, este último una gran estatua realizada en madera y mármol que presidió el templo y del que se conserva únicamente una gran cabeza, que nos hablaría de la inmensa escultura que tuvo que presidir el templo.

Trono Ludovisi

Este trono, formado por una pieza central y dos laterales, es uno de los conjuntos escultóricos más interesantes relacionado con el culto a Venus Erycina. La obra está rodeada de enigmas, tanto sobre su procedencia, significado, función e incluso ¡su autenticidad! está puesta en duda.

Todo parece indicar que se trata de una obra del siglo V a.C., procedente de algún santuario dedicado al culto de Afrodita, ya fuese el de Marasá en Locri o el propio santuario de la diosa en Ericea. Fue llevado a Roma para engalanar la construcción del segundo templo dedicado a Venus Ericina.

La escena central representa el nacimiento de Afrodita  saliendo de la espuma del mar, desnuda y ayudada por dos personajes femeninos, ambas cubiertas por exquisitas gasas transparentes.

Trono Ludovisi. Mármol de Paros. Escena central que mide 1.42 m de largo x 0.9 m de alto.
 Museo Nacional Romano, Roma.
Casi más interesante para nuestra entrada resultan las escenas laterales ya que las dos mujeres representarían las dos naturalezas de la mujer, tal vez dos posibles sacerdotisas de Venus Ericina, representando la dualidad femenina. Por un lado, tendríamos la feminidad casta y matrimonial (velo y ofrenda), identificada con Perséfone, y por otro, la sensualidad, el erotismo y la sexualidad de la mujer (desnuda y música), identificada con Venus.

Trono Ludovisi. Mármol de Paros. Las escenas laterales, 0.87 x 0.69 m.
Museo Nacional Romano, Roma.


Conclusión

A lo largo de la historia numerosas culturas antiguas han contado con sus diosas vinculadas al amor más terrenal, al sexo como fuerza primigenia, una energía sagrada vinculada a la fertilidad y la fecundidad, y donde la prostitución de carácter sagrada era una de sus mejores representaciones.

Por lo que no nos debe extrañar que en todo tipo de culturas a lo largo y ancho del globo hayan existido numerosas diosas vinculadas a esta actividad: Basileia, una diosa menor que protegía a prostitutas y cortesanas en Pandemos; Cotytto, que realizó la misma función en Tracia, Illyria y Dacia; Belili, una diosa menor de Sumeria y Babilonia (hermana de Damuzi / Tammuz) más tarde adorado por los cananeos como Belit; Bebhinn era la diosa celta del placer y era adorada por las prostitutas irlandesas pre-cristianas, e incluso en Mesoamérica nos encontramos con Xochiquetzal la diosa azteca de las prostitutas. Además en la India contamos desde hace milenios con la figura de las devadasis, bailarinas del templo y prostitutas sagradas que transmiten la energía femenina divina a través del sexo ritual.

En la cultura romana este papel fue asumido por nuestra Venus, ya fuese en su papel de Venus Ericina o Venus Volgivava, convirtiéndose en la patrona de las prostitutas y quizá sus templos acogieron a las últimas prostitutas sagradas del mundo occidental.



Bibliografía

Cid López, R.M.; Prostitución femenina y desorden social en el Mediterráneo antiguo. De las devotas de Venus a las meretrices,  Lectora: revista de dones i textualitat, Nº. 18, 2012, págs. 113-126.

López Ruiz, C.; El Santuario de Venus Ericina (Sicilia, Italia). Prostitución sagradasignificado, tipos e irradiación de una práctica ritual, Arqueología y género: mujer y espacio sagrado: Haciendo visible a las mujeres en lso lugares de culto de la época ibérica / coord. por Lourdes Prados Torreira, 2011.

http://algargosarte.blogspot.com.es/2014/11/el-trono-ludovisi-la-sensualidad.html

 http://www.extensionuned.es/archivos_publicos/webex_actividades/4869/smramvazquez2.pdf

 http://rtranabasis.foroactivo.com/t1071-prostitucion-sagrada-general-y-caso-especial-de-gadir

 http://www.culturaclasica.com/?q=node/3427

https://maggiemcneill.wordpress.com/2010/12/23/whore-goddesses/