lunes, 17 de abril de 2017

El cortejo pederástico en la Grecia Clásica

Homosexualidad y Pederastia griega:
Capítulo 1.- Origen y causas
Capítulo 2.- El cortejo pederástico
Capítulo 3.-  La pederastia militar: el batallón sagrado de Tebas
Capítulo 4.- La homosexualidad femenina 
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 "Oh, muchacho, que miras igual que una doncella, te estoy mirando y tú no me haces casos porque no sabes que eres el auriga de mi alma!"
 - Anacreonte

Cortejo pederasta,
Vasija decorada de figuras negras.
530 a. C. – 520 a. C.
En el post anterior ya apúntabamos algunas de las posibles causas del nacimiento de esta relaciones pederásticas entre la aristocracia de algunas polis griegas. Pero podemos resumir que su fundamento ideológico estaba basado un concepto de la sociedad muy misógino, donde la mujer era vista como un ser inferior. Además esta institución también se desarrolló en sociedades donde el componente militar alcanzó gran importancia, todo ello hizo que el mundo de los hombres se replegase sobre sí mismo.

Lo masculino se convirtió en una escala absoluta para medir lo bello y lo civilizado, la mujer al ser un ser de rango inferior quedaba fuera de estos parámetros (tan es así, que incluso masculinizaban la representación de la figura femenina para acercarla a ese ideal de su belleza), por lo que el ideal de amistad y amor sólo se podía dar entre dos hombres libres y civilizados (maestro y alumno). Toda una exaltación de lo masculino, de su valor, de su fuerza pero también de su belleza y de su fidelidad. Por este motivo los griegos le dieron tanta importancia a las competiciones atléticas donde hombres desnudos competían entre ellos.

Por otro lado, el fin de la educación griega, la paideia, era el areté, la búsqueda de la excelencia, aprender a gobernarse a uno mismo, para así después ser capaz de gobernar sobre los demás. Un concepto muy similar al ideal caballeresco de nuestros Edad Media, donde el heroísmo y la virtud son los máximos valores que puede alcanzar un hombre.

La originalidad de la cultura griega es que el eros formaba parte de la educación, la educación también era transmitir los placeres de la vida, los secretos del eros.

¿Por qué era una institución sólo aristocrática?

El principal motivo sería el tiempo libre, mientras que cualquier otro ciudadano pasaba la mayor parte de su tiempo trabajando para ganarse su sustento, la clase aristocrática griega que podía vivir de sus rentas, tenía el suficiente tiempo libre, para pasar el día en el gimnasio, pudiendo cumplir sus funciones de tutoramiento e instrucción de los jóvenes.

El otro motivo sería la condición social de las mujeres en el mundo griego, ya que mientras las mujeres de condición humilde podían salir libremente de sus casas y relacionarse con otros hombres y mujeres. Las mujeres de la aristocracia estaban recluidas en sus casas, por lo que sus maridos llenaban ese vacío social mediante su relación con los jóvenes erastoi o las famosas hetairas.

Harmodio y Aristogitón,
copia romana.
La confirmación de esta homosexualidad de carácter exclusivamente aristocrático vendría refrendada por los textos clásicos. Así en las comedias de Aristófanes se muestra un rechazo bastante claro a aquellos personajes homosexuales pasivos, por lo que el pueblo llano no vería con buenos ojos este tipo de prácticas.

Algunos expertos como Victoria Wohl incluso ven una relación directa entre los conceptos de democracia griega, aristocracia y homosexualidad. Es decir, los conceptos de democracia e igualdad de los ciudadanos se asentaba en esta pederastia aristocrática, ya que a través de ella se educaba y se inculcaban dichos valores a los futuros ciudadanos de la polis.

El mejor ejemplo de todo esto vendría representado por los tiranos Aristogitón y Harmodio, dos amantes considerados símbolos de la libertad al derrocar al tirano Hipias.

Por último, y como veremos en el siguiente post, porque esta pederastia griega también estaba vinculada al componente militar, y era precisamente estaba clase aristocrática guerrera la que formaba los cuerpos de élite de los ejércitos griegos.



El cortejo

"Oh joven, escúchame dominándote; no voy a decirte palabras carentes de persuasión ni atractivo para tu corazón. Ea, pues, haz por comprender mi proposición; al fin y al cabo no estás forzado a hacer lo que no desees".
- Teognis (s. VI a.C.)

Si algo emocionaba a un griego era su famosa máxima de 'mens sana in corpore sano'. Su ideal de belleza y perfección residía en conjugar estos dos valores: la belleza del cuerpo físico y la adquisición de virtudes morales.

Así no había joven griego rico que no dedicase la mayor parte de su tiempo a entrenar desnudo en la palestra o gimnasio municipal. Allí se congregaban los jóvenes para entrenarse en las más variadas disciplinas atléticas y guerreras, pero también los adultos a contemplar la belleza de esos cuerpos juveniles y atléticos, como bien atestiguan los numerosos textos que recogen alabanzas y suspiros de admiración  por la belleza o la destreza de tal o cual joven. Incluso es famosa la figura del mirón ("paidopipes") que deambulaba por estos lugares en busca de los mejores jóvenes.




"La corona de olivo adorna al atleta; la alta tiara, al gran rey; el yelmo, al guerrero, pero la rosa es el adorno de un hermoso muchacho porque se le parece en fragancia y color. No eres tú el que se adorna con rosas sino las rosas las que se adornan contigo!"  
- Filóstrato

Seguramente fuese en estos lugares donde se daban los primeros encuentros entre erastés y erómenos, intercambio de miradas, entablar conversaciones y si había conexión iniciar un largo y laborioso cortejo.

Este cortejo homoerótico era visto con buenos ojos en numerosas polis griegas, sólo si este cortejo tenía un fin exclusivamente sexual estaba mal considerado. Se trataba de encontrar un compañero de experiencias con el que compartir y disfrutar los placeres de la vida: la danza, la música, el vino, una buena conversación... por todo ello, este amor homosexual era superior al amor de las mujeres, ya que las mujeres de su misma condición social no podían participar en los banquetes y en las actividades de su vida social, sólo se admitían la presencia de mujeres de baja condición social como danzarinas, prostitutas, músicas....


Este cortejo debía seguir unas estrictas reglas no escritas,  una conquista amorosa al más estilo amor cortés medieval... halagos, continúas muestras de amor, de valentía, de honor, de inteligencia pero también a base de muchos regalos, y es que este último asunto no era tema baladí.

Por contra, el amado debía mantenerse firme y no caer fácilmente al deseo de su amante, ya que caer a sus promesas demasiado pronto suponía un signo de debilidad. Por lo que el cortejo era un juego continúo de dar y tomar, de conceder y negar, de asediar y resistir hasta comprobar que el interés del amante no sólo era sexual.

Todo este universo del cortejo pederástico quedó reflejado perfectamente en las cerámicas griegas, no sólo nos muestran los regalos con los que el erastés obsequiaba al erómenos: trofeos de caza, mascotas, armas y armaduras, vajilla de lujo, ... sino que nos informan sobre las diferentes fases del cortejo, desplegándose ante nosotros como un cómic: desde la conversación inicial, a la entrega de regalos, los tocamientos, el rechazo a ir más allá, hasta finalmente la consumación.



Incluso muchas vasijas vienen acompañadas de textos que nos facilitan el nombre de los protagonistas o aluden a su belleza física, es más, algunas nos muestran las conversaciones producidas entre sus protagonistas: - 'Déjame' le suplica el adulto, mientras el joven le dice 'Estate quieto'... un diálogo de lo más explícito...


¿Qué tipo de relación existía entre erastés y erómenos?

Aunque hoy en día ya nadie pone en duda la existencia de este tipo de relaciones entre un joven y un adulto, aún muchos investigadores se preguntan qué tipo de relación existía entre erastés y erómenos: ¿eran relaciones basada en el amor o en el simple respeto? ¿Era una relación que incluía la práctica del sexo o era una relación asentada en una especie de amor platónico sin ningún tipo de contacto sexual entre ellos? Incluso, con tal de intentar poner paños calientes al asunto se han llegado a preguntar si habiendo sexo entre la pareja ¿realmente había penetración anal o no?

Como vemos muchas de estas cuestiones giran en torno al sexo, y tal vez, nosotros le demos más importancia de la que le daban los propios griegos a esta cuestión, ya que este tipo de educación se basaba en otros valores muchos más principales que los aspectos meramente sexuales, aunque sin duda, el sexo también tuvo que tener su importancia.

En cuanto al tema de la reciprocidad en las relaciones algunos autores, los menos, sostienen que el tipo de relación existente entre el hombre adulto (erastés) y el adolescente (erómenos) estaba basada en una clara relación de jerarquía, donde el erastés siempre tomaba al erómenos.

Pero la mayoría de investigadores sostienen que estas relaciones reflejaban un claro sentimiento de amor mutuo, por lo que el sometimiento obligado del erómenos parece fuera de todo lugar. Además parece difícil creer que no existiese una relación sexual claramente recíproca.

Aún así hay estudiosos que dudan de la existencia de una penetración anal real, defendiendo que simplemente se realizaban penetraciones simuladas, utilizando para ello los muslos del amante, ya que no existe ninguna representación en la cerámica griega tan explícita.

Creemos que todas estas posturas sólo son simples parches que se intentan poner a una realidad, tan evidente como molesta para muchos investigadores, que se aferran a todo tipo de argumentos para intentar "salvar la honra" de sus queridos griegos.

Escena con penetración intercrural.
Copa ática de figuras negras. 550 a.C.–525 a.C.

La ausencia de este tipo de representaciones en la cerámica parece obedecer a un claro motivo de "elegancia", ya que sólo se representan escenas sexuales explícitas con personajes de baja condición social como pueden ser las heteras o cortesanas, ya que sería de muy mal gusto representar a un futuro ciudadano en una postura tan indecorosa...

Además, los testimonios escritos también parecen claros al evidenciar la existencia de penetraciones anales  y no sólo en la alta literatura sino incluso en los numerosos graffitis de carácter popular que aluden a este tema.

Por todo ello, parece una necedad negar la existencia de esta pederastia aristocrática griega basada en una homosexualidad evidente y activa, aunque dentro de un marco de rígidas reglas que incluía toda una serie de derechos y obligaciones y una cierta justificación cívica que lo distinguía de otras relaciones de carácter homoerótico (mujeres, libertos, pueblo llano) que sí eran consideradas deshonrosas.


La Edad

El tema de la edad es de vital importancia, ya que la misma institución de la pederastia griega se basa en la formación de los jóvenes en su tránsito de la edad adolescente a la adulta. A grandes rasgos podemos decir que el rango de edad del erómenos estaba comprendido entre los 12 y los 17 años.

"Me complace el muchacho de doce años; pero más deseable que éste es con mucho el de trece. El que tiene catorce es la más dulce flor de los amores, pero más encantador es el que acaba de cumplir los quince. El año decimosexto es propio de dioses. Al de diecisiete no me toca a mi buscarlo, sino a Zeus. Si alguno desea un muchacho de más edad, ya no juguetea, sino que busca “responde dándose la vuelta”
- Estratón

Así mientras la edad de inicio estaba mucho más vigilada, siendo duramente castigados aquellos hombres que mostraban claras preferencias por los efebos excesivamente jóvenes, la edad de finalización en este tipo de relaciones era algo más laxa, ya que se supone que ésta debería finalizar cuando el adolescente daba muestra de los primeros signos de hombría (cambio de voz, aparición de vellosidad).

Kylix de figuras rojas.

La prolongación de esta relación homoerótica más allá de estos límites suponía toda una afrenta al deber cívico de cualquier ciudadano, y era considerada una perversión, ya que ponía en peligro uno de los fundamentos básicos para el buen funcionamiento de la sociedad, el contraer matrimonio y dar hijos a la polis.

"Cipris me incendia con llamas de amor femenino
y las bridas de Eros a los hombres me llevan.
¿A quién sigo? ¿A la madre o al hijo? Ella misma lo dice:
este niño atrevido se sale con la suya
"
- Meleagro

Por ello, durante el período de edad posterior a la adolescencia, denominado neanískoi, que abarcaba desde los 18 hasta los 25 años,  el joven tenía prohibido participar en cualquier tipo de relación pederástica. Por un lado, ya era demasiado mayor para seguir con su papel de erómenos, pero demasiado joven para asumir el rol de erastés y encargarse de la educación de un joven.

Evitar la continuación de estas relaciones homoeróticas una vez superados los límites establecidos no tuvo que ser nada sencillo, tal es así, que incluso se promulgaron leyes, como la 'Ley de Bórea', que prohibía a estos jóvenes entrar en los gimnasios.

Todo esto nos indica que, sin ninguna duda, muchas de estas relaciones se mantuvieron fuera de esos marcos "legales", ya que creemos que tuvo que ser bastante difícil romper con aquellas relaciones tutor-alumno más intensas amorosamente. Por lo que el acceso al matrimonio no supondría el abandono de esta alternancia bisexual. Así la literatura nos da numerosos ejemplos de relaciones pederásticas que iban mucho más allá de este rígido esquema e incluso hombres que en su vejez seguían manteniendo relaciones con jóvenes adolescentes.



La pederastia griega ¿una moda temporal?

Pero como venimos advirtiendo desde el inicio de este blog, esta institución no se puede extender a toda una cultura, ya que esta pederastia de carácter aristocrático estuvo muy limitada en el tiempo, aunque precisamente su apogeo fue en la época donde la cultura griega alcanzó mayor gloria, por lo que seguramente por este motivo, han sobrevivido tantos testimonios de su práctica.

Así la pederastia griega alcanzó su auge a finales del siglo VI y principios del V. Aunque rápidamente entró en declive, los motivos esgrimidos son por un lado, la evolución de la sociedad, pasando a un modelo pedagógico más profesional, a través de maestros privados o escuelas.

 

También se ha aludido a que la misma institución pederástica se fue corrompiendo progresivamente, los ideales sobre los que se sustentaba pronto fueron sustituidos por meros intereses mucho más terrenales como los económicos o los sexuales.

Así, poco a poco, cada vez más intelectuales y corrientes filosóficas se postularon en contra de estas prácticas, aunque hay que reconocer que siempre tuvo partidarios, especialmente entre los poetas.

El último gran testimonio de esta pederastia aristocrática la representa el Batallón Sagrado de Tebas, un cuerpo de ejército de élite formado por 150 parejas de amantes, y que representan el último canto de cisne de este ideal de la masculinidad, un ideal barrido en el campo de batalla por el padre de Alejandro Magno, Filipo de Macedonia en la Batalla de Queronea (338 a.C.)

No podemos despedir este post sin recordar que esta concepción de la homosexualidad, como vínculo de aprendizaje entre maestre y alumno siguió presente muchos siglos después, no sólo en la Roma Clásica sino incluso entre algunas comunidades de los primeros cristianos.




Bibliografía:

Brioso Sánchez, M.; La pederastia en la novela griega antigua , Excerpta philologica: Revista de filología griega y latina de la Universidad de Cádiz, Nº 9, 1999, págs. 7-50.

Dover, K.J, Homosexualidad Griega, El Cobre Ediciones, Barcelona, 2008.

Cantarella, E.; Según Natura: La bisexualidad en el mundo antiguo, Akal, 1991.

Eslava Galán, J., Amor y sexo en la antigua Grecia.

Redondo Moyano, E.; La imagen de la sexualidad en la novela griega antigua, Minerva: Revista de filología clásica, Nº 16, 2002-2003, págs. 53-76.


Imágenes extraídas de:

https://es.slideshare.net/fatimaprietojimenez/homosexualidad-en-la-antigua-grecia-presentation








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