viernes, 28 de noviembre de 2014

El arte erótico japonés Shunga

a) La sexualidad en el Japón histórico:
     - Shunga: Las imágenes eróticas de Japón

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Uno de las expresiones artísticas más sorprendentes que se han desarrollado a lo largo de la historia es el arte erótico Shunga. Sorprendente por tres motivos: por un lado, por sus imágenes de contenido sexual muy explícito; por otro lado, por la enorme cantidad de imágenes shungas existentes; y por último, y no menos importante, por la calidad artística de estas obras.

La difusión de este arte fue posible gracias a la relajación moral que permitía el confucionismo dentro del espacio privado. En el mundo oriental, el placer y el sexo, no son considerados pecados, simplemente son un elemento más de la naturaleza.

Torii Kiyonaga, 1785.

¿QUÉ SON LAS IMÁGENES SHUNGA?

El término shunga significa "imágenes de primavera", es un término, nada disimulado, para referirse al acto sexual. Son ilustraciones realizadas en xilografía (planchas de madera talladas e impregnadas en tinta) que representan escenas explícitamente sexuales. Destacan sus brillantes colores, su elegancia de trazo y su detallismo.

Fueron producidas en Japón durante todo el período Edo, es decir, desde 1600 hasta la llegada de la era moderna en el siglo XIX. El shunga más antiguo conservado data de 1660 y es un auténtico manual de sexo ya que recoge más de 48 posturas sexuales y hace un análisis de las prostitutas de Yoshiwara: su precio, sus características, dónde se las podía localizar...
 
Shunga de Katsushika Hokusai, 1815.


CARACTERÍSTICAS:

Protagonistas: En estas imagenes se pueden ver representados todos los miembros de la sociedad nipona desde samuráis a los miembros de la clase comerciante, desde monjes budistas a prostitutas, desde jóvenes recién casados a matrimonios, incluso muchas de ellas incluyen personajes mitológicos y fantánsticos o animales. Eran dibujos muy relacionados con los sucesos de la época y su literatura.

Textos: La mayoría de Shungas incluyen textos o cuadro de diálogos en los que se describe la escena o introducen el elemento humorístico. Aunque también puede contener textos más románticos como  poemas o el diálogo entre dos amantes.

Shunga de Katsushika Hokusai
Shunga con poema de amor.

Atributos sexuales: Una de las características más llamativas de arte Shunga son los enormes atributos sexuales que salen representados, tanto los femeninos como los masculinos, aunque son más desproporcionados estos últimos. Aunque cabe matizar que el tamaño es más realista cuando se representa a jóvenes, a los hombres adultos se les representa con un falo más grande, tal vez para compensar la menor potencia sexual. Además su enorme tamaño permite representarlos con esmero y gran cantidad de detalles visuales.

Shunga por Kitagawa Utamaro, 1799.


Prácticas Sexuales: Aunque la mayor parte de Shungas representan relaciones de carácter heterosexual, no son pocas las escenas con otro tipos de prácticas:
- Escenas homosexuales entre varones, que incluyen besos, masturbaciones y sexo anal, también se ha atestiguado la presencia de prostitutos.
- Escenas lésbicas, donde se observan a las mujeres besándose, frotándose los genitales o practicando el cunnilingus, incluso manteniendo relaciones mediante dildos (harikata) o con máscaras teatrales de hombres.
- Otras prácticas que se recogen en estos Shungas son tríos, normalmente compuestos por una mujer, un hombre y un chico jóven, mujeres masturbándose ante la ausencia de su amado, escenas de vouyerismo que encierran un matiz cómico.
- Escenas con animales como pulpos, gatos o perros con tintes de parodia.
- Escenas fantásticas con demonios y deidades

Escena lésbica.
Sugimura Jihei, 1680.
Escena homosexual 'Pasatiempos en la primavera'
Miyagawa Isshō, 1750.
Escenas: Los escenarios reflejados en las imágenes Shungas suelen ser el interior de las viviendas o prostíbulos aunque también aparecen paisajes floridos y bucólicos. Y es que la importancia de la naturaleza hace que incluso en esos espacios cerrados se abran ventanas hacia el exterior mediante puertas abiertas, biombos, etc.

Pero lo que más destaca de estas escenas, ya sea por su técnica depurada, por su elegancia en el trazo o por sus cálidos colores, es que ofrecen un extraña sensación de sencillez pero también de calidez, de romanticismo pero también de pasión, todas ellas impregnadas dentro de un ambiente mágico o fantástico.

En las escenas shungas es habitual encontrar pequeños elementos de la vida cotidiana que nos brindan una sensación más real y cercana como juegos de té, instrumentos musicales, libros o materiales para escribir, plantas, etc.

Shunga con elementos de la vida cotidiana,
Katsukawa Suncho, 1790.


Simbolismo: Dentro de las escenas Shungas podemos encontrar diferentes capas simbólicas: por un lado, la imagen erótica en si mismo; por otro, su posición dentro de la serie de imágenes, el texto que las acompaña y sobretodo, los objetos simbólicos ocultos en las láminas:

'Los monstruos acuáticos y la mujer buzo', de Kitagawa Utamaro.
Shunga con numerosos simbolismos: plantas acuáticas, bivalvos, el agua, etc.

- Agua: El agua es un elemento muy relacionado con el sexo, ya que es un elemeto del yin y de lo femenino (húmedo). Su presencia en las estampas shungas hace que se realce la unión erótica.

- Elementos vegetales acuáticos: Las plantas acuáticas suelen estar asociadas con el sexo,  especialmente con elementos femeninos. Entre ellas destaca el cálamo, una planta con ciertas similitudes con el vello púbico. Las ostras y otros animales bivalvos también son un claro referente a los órganos sexuales femeninos.

- Flor de cerezo: La sexualidad femenina también ha venido asociada a la flor del cerezo, tanto por su relación con la primavera, como por la belleza de su florecimiento y su brevedad, simbolizando lo efímero de la belleza.

-Entre los elementos que simbolizan los órganos sexuales masculinos encontramos algunos nada sutiles como la flauta japonesa o los hongos.

- Animales: La inclusión de animales en los Shungas representan la idea de encuentros fortuitos y apasionados. Contagiando esta tensión sexual a los animales.


Shunga encuentro sexual fortuito,
Suzuki Harunobu




Shunga donde la pasión humana se contagia a unos gatos.
Suzuki Harunobu

- Sirvientes: También es posible encontar en algunas imágenes shungas la presencia de sirvientes, éstos son un rápido indicativo de la riqueza del protagonista; y sobre todo, su presencia da pie a pequeños juegos de vouyerismo y masturbación mientars se espía a través del biombo.

Shunga en blanco y negro, con sirvientas espiando.

- Espejos: En algunos casos también vemos la presencia de espejos, donde los protagonistas de la escena erótica se contemplan así mismos; normalmente estos espejos suelen reflejar los genitales desde otro punto de vista.

Shunga que juega con los reflejos de un espejo.

Shunga con escena de vouyerismo y
masturbación, Katsushika Hokusai.


Formatos: Las imagénes Shunga se desarrollaron en más de un formato, las tipologías más comunes fueron:
- Shunga Emaki: Rollos en formato horizontal, sólo asequibles para las clases más adineradas, ya que su producción era muy laboriosa.
- Soroimono y Kumimono: Álbunes ilustrados con técnicas xilográficas. Constaban casi siempre de 12 imágenes de gran formato lo que permitía desarrollar un alto nivel técnico.
- Enpon o Shupon: Libros eróticos, al ser más económicos fue el formato más popular, solían venir acompañados de relatos eróticos de algún escritor popular. La mayoría eran impresos en blanco y negro, aunque también habían copias a color.

Shunga de Kitawa Utamaro.

¿QUÉ UTILIDAD TENÍAN?

Kawanabe Kyōsa
Parece claro que el uso de estos shungas no tuvo que ser muy diferente al de nuestras actuales revistas pornos, su clara intención de estimulación sexual parece fuera de toda duda.

A esto hay que sumar el componente lúdico que también poseían, ya que estas imágenes también podían tener un alto contenido de sátira y comedia, rompiendo las conveciones sociales o religiosas, mediante el uso de lo grotesco.

También servirían como guía sexual para las parejas de recién de casados, ya que como recoge una novela popular de aquella época, no era raro encontrarse estas imágenes adosadas al mueble nupcial.

Aparte la posesión de una de estas ilustraciones estaba asociado a la buena suerte, así se cuenta que los comerciantes las usaban para proteger los almacenes de incendios, las meretrices las portaban entre sus ropajes como amuleto para evitar quedarse sin dinero y los samurais las llevaban escondidas en sus cascos durante las batallas.

El éxito de las imágenes shunga fue tal que los comerciantes pronto tuvieron que contratar a artistas a tiempo completo para satisfacer una demanda cada vez más alta, incluso se conoce la existencia de salones de exposición exclusivos para este tipo de ilustraciones donde la población de clase media tenía que pagar para poder entrar. Se ha querido ver en este fenómeno como los inicios de la industria del porno.

Koryusai, 1766

¿QUÉ CONCEPTO DEL SEXO RECOGEN?

 Aunque hoy en día, desde algunos sectores, sigan catalogando estas imágenes como pornográficas, el Shunga no es un arte obsceno ni degradante. El arte Shunga es una celebración al amor y al sexo, donde los grandes maestros japoneses como Utamaro o Hokusai, lograron plasmar el acto sexual con gran sensibilidad y belleza, incluyendo algunas veces ligeros toques humorísticos.

Ofrece una visión positiva e integradora del sexo, reconociendo las necesidades sexuales de la mujer y los homosexuales, en estas imagenes podemos ver como tanto los hombres como las mujeres disfrutan del sexo libremente, incluso vemos mujeres usando harikatas (dildos). La mujer no asume un papel pasivo ni es reflejada como un instrumento para saciar los deseos del hombre. Aunque puede tener una posición de sumisión en algunas imágenes siempre hay un cierto equilibrio entre los dos sexos.

Mujeres practicando sexo mediante un harikata (dildo),
por Utagawa Kunisada.
Otro de los aspectos que más nos puede sorprender comparado con nuestra mentalidad occidental es el nulo interés sexual que despertaban los senos femeninos en los hombres japoneses, la explicación a este hecho viene dada en qué veían a los senos como símbolo de maternidad no como un símbolo sexual, no es hasta la occidentalización de Japón cuando esta visión empezó a variar.

Otro aspecto que diverge completamente de la mentalidad occidental es acerca de la desnudez del cuerpo, mientras en occidente un cuerpo desnudo es altamente erótico, en Japón la ropa poseía un gran erotismo, es por ello, que apenas existen imágenes shungas con cuerpos desnudos. Como bien resume Yoshida Kenko: “la luna es más hermosa cuando esta oculta por las nubes”. Y es que la ropa no sólo nos habla del rango social del personaje sino también de cómo era su dueño.

A pesar que la imagen del sexo aquí reflajada nos puede dar a entender una cierta igualdad hombre-mujer, cabe recordar que la sociedad nipona, ha sido y es, muy machista. Las principales filosfías introducidas en Japón, como el confucionismo o el budismo, asocian a lo masculino valores como la atracción, el deseo y la pasión; mientras que lo femenino viene ligado al amor, a la entrega y a la obediencia. Y es que el ideal de la mujer japonesa es el de una mujer dulce, obediente, casta y compasiva.

Shunga de Kitagawa Utamaro

PRINCIPALES ILUSTRADORES


El arte shunga, como ya hemos comentado, tuvo un éxito popular muy importante, por lo que la producción de este tipo de obras fue muy rentable económicamente. Así los grandes artístas de la pintura y el grabado japoneses, no dudaron en poner sus técnicas al servicio del arte shunga, hecho que les permitió vivir muy holgadamente.

Eso sí, muchos de ellos se vieron obligados a firmar sus obras mediante sobrenombres o con pequeñas marcas claves en sus dibujos, ya que se fueron promulgando distantas leyes que prohibían la producción de este tipo de arte.

Y es que los más célebres ilustradores japoneses de la Historia produjeron arte Shunga, nombres como Kawanabe Kyosai, Keisai Eisen, Kikukawa Eizan, Miyagawa Issho, Nishikawa Sukenobu, Torii Kiyonaga o Suzuki Harunobu firmaron obras shunga.

Aunque si hay que destacar a algún autor, son tres nombres los que destacan: Hishikawa Moronobu (muerto en 1694) , Kitagawa Utamaro (muerto en 1806) y el gran Katsushika Hokusai (1760-1849) cuyos dibujos son los más característicos y representativos de la arte Shunga, con láminas tan famosas como 'El sueño de la esposa del pescador" también conocida como 'Los pulpos y la buceadora'.

El sueño de la esposa del pescador, 1814
Katsushika Hokusai.

INFLUENCIA DEL ARTE SHUNGA

La influencia del Shunga en el arte contemporáneo europeo del siglo XIX fue muy importante, numerosos artistias cayeron bajo su influjo, sorprendidos ante la naturalidad con la que representaban el sexo.
Arriba, grabado de Picasso de la serie Abrazos.
Abajo, un shunga de Koryüsai

Y es que hay que recordar que Japón estuvo cerrado a occidente durante siglos, por lo que cuando decidió abrirse al exterior y reanudar el comercio en 1854, hubo una explosión de "japonismo"; las láminas de arte shunga (también el arte japonés en general) se extendieron rápidamenre entre los marchantes y los principales artistas europeos, pronto las principales tiendas de arte de París las pusieron a la venta por enormes sumas. El erotismo japonés llegaba en un momento donde Europa está ansiosa de romper con sus propios tabúes.

Numerosos artistas se nutrieron del arte shunga como fuente de inspiración, grandes nombres como Degas, Rodin, Toulouse-Lautrec, F. Rops, A. Beardsley, John S. Sargent, Gustav Klimt, Schiele o Picasso, sabemos por ejemplo que nuestro autor malagueño reunió más de 60 ilustraciones shunga.

El grabado shunga que más impactó a los artistas europeos fue el grabado de Katsushika Hokusai, 'El sueño de la mujer del Pescador' (1814), donde vemos a una recolectora de perlas entrelazada sexualmente con dos pulpo, acompañada de un texto donde expresa su satisfacción. Numerosos artistas crearon versiones de esta grabado: Rodin y Rops dibujaron escenas de sexo desenfrenado entre un octópodo y una mujer, Carabin esculpió la figura de una sirena cabalgando sobre un pulpo, y de Picasso contamos con su famoso dibujo 'Mujer y pulpo' (1903)

Comparaciones de imagenes shungas con obras europas:
La metamorfosis de Ovidio, de A. Rodin y Las dos amigas, de Touluse-Lautrec

En nuestra sociedad actual las influencias del shunga aún son palpables, ya que cualquier seguidor del género anime o del manga japonés podrá percibir las claras influencias de este arte sobre la cultura hentai. El mundo del tatuaje es otro claro ejemplo de la influencia del arte shunga en nuestros días.

Imagen Shunga y 'El origen del mundo' de G. Courbet




BIBLIOGRAFÍA


- A.A. García Rodríguez; Desentrañando lo pornográfico, la xilografía makura-e, Anales del Instituto de Investigaciones Estéticas, Nº. 79, 2001 , págs. 135-152.

- C. Grosbois; Shunga, ensayo sobre las representaciones eróticas en el arte japonés, Ediciones Nagel. Mexico. 1964.

- C. Guth; El arte en el Japón Edo, Ediciones Akal. Madrid. 2009.

[En Internet]

http://desdeasiaconcolor.com/shunga-sexo-entorno-y-simbologia/

 http://www.ablysex.com/acuarelas-eroticas-de-la-antigua-china/


viernes, 21 de noviembre de 2014

Sexualidad en Alta Edad Media: Paganismo Vs Cristianismo


Hoy nos adentramos en uno de los períodos menos conocidos de nuestra historia, rodeado tradicionalmente por un halo de decadencia y oscuridad, hablamos del período de transición entre la sociedad antigua a la medieval.

Este es un período fascinante, el choche de dos sutratos culturales, el romano y el germano, que su fusionarán para dar comienzo a una nueva etapa, la Alta Edad Media y donde la Iglesia tomará un importante protagonismo, intentando eliminar cualquier referencia pagana e imponiendo su programa ideológico y moral.

En el plano de la sexualidad se producirán importantes transformaciones culturales, éticas, morales, incluso estéticas que configurarán la visión del sexo del hombre occidental hasta prácticamente nuestros días.

Las costumbres germanas en materia sexual se entremezclaron con antiguas leyes romanas y con los conceptos programáticos de la iglesia católica, aún no definidos totalmente, dando lugar al nacimiento de una nueva moralidad sexual, donde los padres de la iglesia saldrán vencedores imponiendo una visión restrictiva y negativa de la sexualidad humana y redefiniendo algunos conceptos relacionados con este campo como el matrimonio, el divorcio, la poligamia, el concubinato, el amor y el sexo.


Evolución de los Reinos Germánicos.

EL CUERPO y LA DESNUDEZ 

Según revelan las leyes de los francos, el cuerpo femenino era tabú, ya que imponían ciertas multas económicas por tocar el cuerpo de una mujer libre, por ejemplo si se le tocaba una mano el infractor tenía que pagar 15 sueldos y esa cantidad iba subiendo hasta llegar a los 45 sueldos por tocarle el pecho a una mujer.

Esta concepción sagrada del cuerpo de la mujer se debía a ciertas tradiciones paganas, donde la mujer se desnudaba completamente en ceremonias relacionadas con la fecundidad de los campos o en ritos propiciatorios de lluvias.

El desnudo cristiano tenía un sentido completamente distinto. Hasta el siglo VIII, existió la tradición cristiana de bautizar completamente desnudos tanto a hombres como a mujeres en pequeñas piscinas octogonales adosadas a las iglesias o catedrales. Esta desnudez venía a representar la sencillez del hombre ante la voluntad divina.

Juan el Bautista bautizando a un discípulo,
de un rollo francés del siglo XII.

Son dos concepciones del cuerpo y de la desnudez completamente divergentes; mientras el desnudo cristiano representa a un ser creado, el desnudo pagano representa a un ser procreador. El fin del bautismo por inmersión durante época carolingia supuso el fin de la concepción pagana de la desnudez, otorgándole a partir de ahora una significación sexual y genital. Es decir, la adoración pagana al cuerpo supuso que el cristianismo reaccionase otorgándole una significación de temor y tabú hacia el cuerpo desnudo.

Este proceso se ve claramente en la evolución iconográfica de los crucifijos, hasta el siglo VI cristo aparecía completamente desnudo en los crucifijos (ya que los condenados a morir en la cruz lo hacían completamente desnudos). Pero desde Bizancio se difundió la iconografía de cristo vestido con una larga túnica.  En un mundo mitad cristiano mitad pagano era un peligro presentar un dios desnudo, ya que podía acabar adorándose a Cristo como si fuese un dios pagano de la fecundidad, similar a Príapo o a Freyr, divinidad vikinga itifálica.

FAMILIA

A los inicios de la alta Edad Media la familia mantendrá las características propias de la sociedad romana y germánica, un grupo familiar amplio que comprendía parientes, viudas, jóvenes huérfanos, esclavos, sobrinos etc. Todos bajo el dominio de un varón que era el jefe del linaje y que velaba por la seguridad, física y económica, de todos sus miebros, por este motivo, el matrimonio no era un acto individual sino era un asunto de política familiar.

Esta familia amplia vive bajo el mismo techo y se puede decir que comparte casi la misma cama, presentándose más fácilmente situaciones de lujuría o incesto, por ello, la Iglesia se preocupú mucho de prohibir este tipo de relaciones familiares y apostando por la emancipación de la familia conyugal, donde la unidad familiar estuviese compuesto sólo por padres e hijos.

La famila medieval.
Así que entre los siglos VI y IX se desarrolla una de las transformaciones sociales más importantes de nuestra historia occidental, se configura una nuevo tipo de estructura familiar que llegará hasta nuestros días, el 'grupo unitario corresidencial' formado por una pareja y su descendencia directa (hijos y nietos).

Según David Herlihy, tres fueron las características que darán forma a la familia occidental:
1. La unidad de la familia nuclear (padre-madre-hijos)
2. Imposición del linaje paterno sobre el materno
3. El factor emocional (amor) que une a todos sus miembros

DISCREPANCIAS CON LA IGLESIA

Bautismo de Clodoveo,
rey de los francos.
La discrepancia con la Iglesia era, sin duda, evidente, pues la doctrina eclesiástica consideraba al matrimonio como una unión de por vida entre el hombre y la mujer. Mientras que los pueblos de sustrato germánico consideraban que el hombre podía repudiar a su mujer siempre que quisiese. Además estos pueblos consideraban el sexo como el acto fundamental donde quedaba sellado el matrimonio, mientras que la Iglesia veía el sexo como algo impuro, por lo que los germanos no estaban muy por la labor de vivir una sexualidad tan restringida.

Aunque hay que recordar que la Iglesia por estas fechas aún no estaba definida doctrinalmente en torno a ciertos aspectos como el matrimonio o el sexo dentro del matrimonio. Hincmar (845-882), arzobispo de Reims, planteó una teoría sobre el matrimonio bastante novedosa para la época, que intentó acercar posturas con la tradición germánica, donde la consumación sexual se hace necesaria para la validez del matrimonio.

"Un verdadero acoplamiento en el matrimonio legítimo entre personas libres de igual condición, ocurre cuando una mujer libre, que ha recibido la dote debida, se une a un hombre libre con el consentimiento paterno en una boda pública seguida por una relación sexual."

Y es que como veremos a continuación, las posturas de la Iglesia entorno a la ética sexual para el matrimonio era de lo más variado: desde las posturas más abiertas y sorprendentemente modernas de
Juan Damasceno (675-749) que hablaba de los beneficios del sexo dentro del matrimonio:

"Que cada hombre disfrute de su mujer... No tendrá que ruborizarse, sino que podrá llevarla al lecho, día y noche. Que hagan el amor, manteniéndose el uno al otro como hombre y mujer y exclamando:  “¡No os neguéis el uno al otro sino de mutuo acuerdo!” .
¿Os abstenéis de tener relaciones sexuales? ¿No deseáis dormir con vuestro marido? Entonces aquel a quien negáis vuestra plenitud saldrá y hará el mal, y su perversión se deberá a vuestra abstinencia
".

Aunque como veremos la mayor parte de los eclesiáticos siguieron las doctrinas de San Agustín y San Isidoro respecto al sexo, es decir, siguieron la senda de transmitir una visión negativa de la sexualidad, incluso dentro del matrimonio. Claros ejemplos de esta concepción negativa la tenemos en los obispos francos: Gregorio Magno recomendaba no practicar el sexo ni siquiera dentro del matrimonio, ya que conectaba a los hombres con el pecado. Jonás de Orleans (780-843) condenaba el placer conyugal ya que el matrimonio sólo estaba dirigido a la procreación, también difundió la idea de que el sexo debilitaba al hombre en su actitud guerrera.


ESPONSALES Y MATRIMONIO

Dentro del mundo franco el concepto de familia constituía una amplia unidad social que servía de protección. El cabeza de familia era el jefe del linaje, que tenía que velar por la pureza de la sangre y de la autenticidad de la descendencia. Este mund, este poder protector pasaba a manos del marido de su hija mediante el matrimonio o los esponsales.
Esponsales
Aunque generalmente eran los padres quienes decidían el matrimonio, oficialmente se promulgaron ciertos decretos (Clotario II, 614) donde se especificaba que se prohibía casar a las mujeres en contra de su voluntad. Las leyes burgundias eran muy severeas contra las parejas que se casaban sin el consentimiento paterno, a la mujer se la consideraba adúltera y el hombre tenía que pagar el doble del precio nupcial.
Los esponsales (especie de contrato preparatorio al matrimonio) eran una medida de protección ante la posible violencia del marido y un certificado de garantía de la pureza de la desposada. La ceremonia era de carácter público y la decisión irrevocable, bajo pena de multas económicas por inclumpir dicho contrato. En territorios de influencia romana la unión se certificaba por escrito, en territorios de influencia germánica valía la presencia de tres testigos.

La ceremonia de las esponsales era más importante que la del matrimonio, ya que  durante los esponsales se celebraba un gran banquete con bebidas y comida para todos los asistentes, el alcohol derivaba en bromas y cantos obscenos para animar a los futuros esposos.  Durante la ceremonia los padres de la esposa recibían una suma determinada de dinero y la prometida recibía una dote compuesta en animales domésticos, vestidos, joyas, monedas, ajuar. Entre los galos existía la costumbre de dar un par de pantuflas, como símbolo de paz doméstica. La ceremonia concluía cuando los novios intercambiaban un beso en la boca como símbolo de la unión de ambos esponsales.

Tanto en la cultura franca como en la germana el matrimonio no esta plenamente realizado hasta que se producía su consumación. Una vez realizada la consumación y en agradecimiento a la pureza de sangre de la novia, es decir, a su virginidad, el novio le entregaba un nuevo obsequio, el morgengabe ("regalo de la mañana"), es decir, la entrega de parte de los bienes (un tercio) que el marido ponía a disposición de su mujer en caso de fallecimiento, se puede entender como una especie de pensión de viudedad.


RAPTO Y VIOLACIÓN

La violación de una mujer se consideraba un acto muy grave, ya que una mujer corrompida ya no valía nada, se le negaba incluso el derecho a la propiedad de sus bienes, siendo casi su única salida la prostitución.

Entre los galo-romanos, la violación de una mujer libre se castigaba con la muerte; el de una esclava con el pago de su valor. Los francos también castigaban con la muerte al violador no libre que abusara de una mujer, aunque si se probaba que ella había consentido, la mujer perdía su libertad. Los visigodos contemplaron la posibilidad, por la cual si la mujer aceptaba casarse con su violador, y éste obtenía el consentimiento de los padres, se libraba de la muerte.

El rapto de las sabinas (1874) de Francisco Padilla.
El rapto era un hecho frecuente para asegurar un matrimonio, ya que se consideraba que esa mujer había sido violada, por lo que una vez realizado era fácil arrancar el consentimiento de los padres, así que el matrimonio se convertía en un hecho consumado, ya que era casi la única forma de salvaguardar el honor familiar.
Si la doncella regresaba a casa paterna virgen, el captor debía pagar una suma de dinero, en caso de no tenerla la suma exigida por la ley, los padres podían castrarlo. Lo que muestra que el rapto y la violación eran habituales a la hora de conseguir a una mujer.


INCESTO

El incesto estaba especialmente perseguido, a pesar de no tratarse de relaciones entre hermanos. Los matrimonios con parientes se consideran incestuosos, entendiendo por parentela "una pariente o la hermana de la propia esposa" o "la hija de una hermana o de un hermano, la mujer de un hermano o de un tío". Los incestuosos eran separados y quedaban al margen de la ley, a la vez que recibían la excomunión y su matrimonio era tachado de infamia.

ADULTERIO

Marido ofendido agrede a los amantes.
El adulterio por parte de una mujer era uno de los peores crímenes que se podían cometer, ya que no sólo era una ofensa y un deshonor, sino que generaba dudas sobre la legitimidad de la descendencia. La ley se mostraba implacable contra este delito, el repudio inmediato de la mujer casada y su muerte por estrangulamiento, quemada viva o sometida a la ordalía del agua (tirarla al agua con una piedra atada al cuello). Gregorio de Tours nos habla a las clara de esta situación “en cuanto a la mujer, llamada a juicio unos días después, acababa sus días estrangulada”.

Además la ley de los galo-romanos permitía si pillabas a los adúlteros in fraganti matarlos al mismo instante. Entre los visigodos este derecho de "venganza" se extendía al padre de la mujer y también a sus hermanos. Este crimen se consideraba tan horroroso para la comunidad que la ley lombarda castigaba a cualquier cónyuge que tolerase el adulterio sin denunciarlo.

DIVORCIO

Aunque la Iglesia siempre se opuso al divorcio, las leyes de diferentes pueblos, como la de los burgundios o las de los galo-romanos, lo autorizaban, aunque siempre en condiciones desfavorables hacia la mujer.

De nuevo vamos a ver una clara diferenciación entre el sustrato romano, más igualitario, y el germánico, con una legislación más favorable hacia el hombre. Un marido podía repudiar a su mujer en caso de :”uno de los tres crímenes siguientes: adulterio, maleficio (provocar el aborto con alguna bebida)  y violación de sepultura”. Pero una mujer no podía pedir el divorcio, porque eso signigicaba forzosamente que había sido adúltera. Los galo-romanos si que permitían a las mujeres a repudiar a sus maridos en el único caso que hubiesen asesinado o violado una sepultura.
En época merovingia la separación de los cónyuges por consentimiento mutuo tuvo que ser algo corriente, y la Iglesia tuvo que tolerar, el divorcio iniciado por la mujer en casos como malos tratos, deseos de entrar en la religión, impotencia del marido, lepra, adulterio.

Boda medieval
Por otro lado, hay que hablar que los casos de divorcios dependían de la condición social, ya que dentro de la alta nobleza franca, los intereses políticos, familiares, ... se imponían sobre el matrimonio, por lo que eran habituales los casos donde las mujeres eran repudiadas para formalizar pactos o alianzas con otras familias.

Así tenemos el testimonio del arzobispo de Reims, Hicnmar (840-882) que nos habla del método brutal de divorcio que utilizaban algunos de estos grandes nobles, conocido como “divorcio a la carolingia”, en el cual se enviaba a la mujer a la cocina donde algún esclavo la degollaba limpiamente. Después con el simple pago de compensación a la familia ofendida, podía realizar un segundo matrimonio legal, ya que a ojos de dios el hombre estaba viudo.

CONCUBINATO

Una de las teorías doctrinales que más costó introducir a la Iglesia en estas sociedades fue el concepto de la indisolubilidad del matrimonio, ya que estas sociedades tenían costumbres muy arraigadas difícilmente compatibles con esta idea; entre los germanos, la poligamia y entre los galo-romanos el concubinato con las esclavas.

Un claro reflejo de esta mentalidad la tenemos en las leyes que condenaban con multas la violación, el rapto o la unión con una esclava, aunque fuese bajo su consentimiento, si la mujer pertenecía a otro amo. Pero ninguna ley legislaba contra el señor que se unía a su propia concubina. En resumen, oficialmente, había monogamía; en la práctica, existía la poligamia.

Las condiciones jurídicas de estas concubinas y esclavas era nulas, por lo que si su señor las repudiaba se marchaban sin dote ninguna y sus hijos bastardos sin quedaban sin derecho a herencia. Esto podía desencadenar terribles luchas dentro de estos gineceos por obtener el favor del marido.   

La institución del concubinato estaba tan extendida que todos los reyes merovingios tuvieron varias esposas y concubinas, Carlomagno tuvo hasta cuatro esposas y unas cuantas concubinas; sin olvidar que esta dinastía, la carolingia fue fundada por Carlos Martel, un bastardo.

En resumen, la constante lucha de los padres de la iglesia contra la poligamia y el divorcio nos habla de lo extendidas que estaban estas prácticas, y no fue hasta el siglo X cuando lograron asentar entre estos pueblos la monogamia y la indisolubilidad del matrimonio; primero entre la gente llana y luego entre la nobleza; alcanzando primero a los pueblos galo-romanos y con más esfuerzo a los francos. Se puede afirmar que en los siglos IX y X el mundo galo ya había abandonado estas prácticas (poligamia y divorcio), aunque el concubinato con las sirvientas, sobretodo en el ámbito rural, siguió perdurando varios siglos.


EL CONCEPTO DE AMOR

Es sorprendente descubrir que en casi ningún texto medieval se utiliza la palabra 'amor' en sentido positivo, el amor es un sentimiento irracional, que arratra a los hombres y mujeres hacia la pasión, la destrucción y el pecado. Se lucha contra el concepto de amor de deseo violento.

Para referirse al amor dentro del matrimonio se utiliza la expresión 'charitas coniugalis' más cercana a la acepción de ternura, amistad o gracia conyugal, otra expresión utilizada es 'dilectio', que vendría a significar algo así como amor de preferencia y de respeto. Jonás de Orleams, en el siglo IX, utiliza la palabra caritas para referirse al amor conyugal,  y dentro del matrimonio sólo podía darse una 'honesta copulatio', es decir, el sexo dentro del matrimonio sólo estaba permitido con fines reproductivo.


Como podemos ver, durante la alta Edad Media,  la palabra amor sólo se utiliza en el ámbito extraconyugal , ya que el concepto de 'amor' se entiende como un sentimiento abrumador, irresistible, de carácter destructivo, como algo pecaminoso. Los germanos utilizaban otro término, que también ha llegado hasta nuestro días, para referirse a este tipo de sentimiento irracional, la 'líbido', asociado siempre a la mujer.




BIBLIOGRAFIA

Rojas Donat, L.; Para una historia del matrimonio occidental. La sociedad romano-germánica. Siglos VI-XI, Theoria, vol. 14, núm. 1, 2005, pp. 47-57

Rouche, M.; Alta Edad Media Occidental, Historia de la vida privada / coord. por Peter Brown, Evelyne Patlagean, Michel Rouche, Yvon Thébert, Paul Veyne, Vol. 1, 2003 (Del Imperio romano al año mil) , págs. 403-534.

[En Internet]

Isidoro de Sevilla y su tiempo en http://mgiribetshistoria.blogspot.com.es/2013/06/isidoro-de-sevilla-y-su-tiempo-las.html

Los mosuo y la honesta copulatio en http://iconosmedievales.blogspot.com.es/2011/10/los-mosuo-y-la-honesta-copulatio.html

sábado, 15 de noviembre de 2014

Pornocracia. La Iglesia bajo el dominio de dos mujeres

Es por todos sabido que acceso al trono papal siempre ha sido motivo de conspiraciones, conjuras, asesinatos incluso guerras, tampoco nos sorprenderá saber que algún escándalo sexual sacudiese el trono de San Pedro cada cierto tiempo.

Aunque lo que vamos a descubrir en este blog es que estos escándalos no fueron casos aislados, el Vaticano estuvo continuamente ocupado por hombres que no pudieron dejar a un lado sus pasiones más humanas: hubo Papas casados, otros fueron abiertamente homosexuales, contamos con numerosos casos de Papas hijos de sacerdotes e incluso de Papas hijos de otros Papas, y como el papado es una institución tan humana como cualquier otra, veremos reflejadas todas las condiciones del ser humano en este trono: fetichistas, pederastas, proxonetas, violadores, sádicos y masoquistas.


Asómate por la mirilla de la historia y descubre los períodos más oscuros de la Iglesia Católica...


LA PORNOCRACIA

El período conocido como Pornocracia es un claro ejemplo de todo esto, el Papado estuvo bajo el poderoso influjo de dos seductoras mujeres, Teodora y Marozia, madre e hija, durante más de 50 años (desde la consagración de Sergio III en el 904 hasta la muerte de Juan XII, nieto de Marozia, en el año 963), pasándose a conocer este período también como el “gobierno romano de las cortesanas”, o como “reinado de las prostitutas”, y donde hasta 12 pontífices estuvieron vinculados directamente a las maniobras y conspiraciones de estas dos damas, de los cuales dos habían sido estrangulados; uno, asfixiado con una almohada; cuatro, destituidos, y de estos cuatro, dos o tres, envenenados.

Ilustración de Milo Manara

Teodora

La historia de la pornocracia comienza con la ambiciosa Teodora, mujer de gran belleza que no dudó en utilizar su inteligencia pero también su cuerpo para aupar a su poderosa familia al trono papal. No contenta con ello, enseñó a sus hijas, Teodora y Marozia, todas sus artes amatorias para continuar y asegurar el linaje familiar. Asesinatos papales, envevenamientos, orgías, tríos, incesto son algunas de las palabras que definen este Saeculum obscurum de la Iglesia Católica.
 
Teodora la Mayor fue la ambiciosa mujer del noble Teofilacto, cónsul y administrador de los Bienes Papales que dirigía desde el Castillo de Sant Angelo los asuntos papales. Las hijas de esta dama son un claro reflejo de su ambición política: Teodora la Joven fue fruto de su relación con su primer marido, Teofilacto; Marozia, nació de su relación con el papa Juan X; y Sergia fue hija de otro papa, Sergio III.

Papa Sergio III
Sergio III, el amante de Teodora y Marozia.

El acceso al pontificado de Sergio III (904-911) fue posible gracias a los tejemanejes de Teodora quién convenció a su marido Teofilacto  y al noble Alberico de Spoleto en apoyar al futuro papa Sergio III; acercando a las familias aristocráticas romanas al poder papal. Además las malas lenguas insinúan que Teodora se valió de sus artes amatorias para afianzar esta alianza, manteniendo relaciones con los tres protagonistas.

Sergio III inicia uno de los períodos más corruptos y oscuros del Vaticano, un período donde los Papas se caracterizaron por su lujuría y sadismo. Sergio III fue conocido como “esclavo de todos los vicios” por sus cardenales, y llegó al poder tras el asesinato de su predecesor. Gobernó Roma como un auténtico señor feudal y fue protagonista de uno de los casos más escabrosos de la Iglesia Católica el segundo juicio al cadáver del papa Formoso.

En el 908  se concertó el matrimonio del duque de Spoleto, de 42 años, con la hija mediana de Teodora, la bella y sensual Marozia, que con sólo 14 años ya era una experta en las artes amatorias y que pronto se convirtió en la nueva amante del Papa, con el que tuvo un hijo, el futuro papa Juan XI.  Cuenta la leyenda que Teodora instruyó a su hija en las artes amatorias mientras ambas compartían lecho con el papa Sergio III.

A la muerte de Sergio III, le sucedieron dos papas impuestos por Teodora y Marozia, sus pontificados fueron bastante efímeros: Anastasio III (911-912) más centrado en su labor religiosa que política y Landón (912), hijo de un noble lombardo, al que se le supone amante de los jovencitos y que pronto cayó asesinado, seguramente en un trama urdida por su sucesor, Juan X (amante de Teodora y supuesto padre de Marozia)

Liutprando de Cremona, en su obra 'Antapodosis'  acusa directamente a Teodora de estar detrás de esta nueva trama: "Teodora, como una perdida, temiendo que le faltarían oportunidades de acostarse con su galán [Juan X], le forzó a abandonar su obispado [de Rávena] y se apropiara —¡oh, crimen monstruoso!— del papado de Roma"


Marozia

Grabado de Marozia.
A pesar de sus conocidos escarceos amorosos con el anterior Papa, Marozia seguía felizmente casada con Alberico I, con quién tuvo un segundo hijo.

El acceso al papado de Juan X coincide con el declive del poder e influencia de Teodora (muerta en 928) y el auge de Marozia y su marido Alberico I quién comandando un ejército conjunto logró expulsar a los musulmanes de suelo italiano en la batalla de Garellano (915).

Las luchas de poder entre el Papa (que resultó ser un papa bastante ambicioso e independiente)  y Alberico I, convirtieron Roma en un hervidero de luchas de poder, conspiraciones, ambiciones y rencillas, sobre todo cuando el emperador nombrado por el Papa, Berengario, fue asesinado a puñaladas mientras escuchaba misa. Alberico I, frustrado ante la negación del papa de nombrarle emperador, intentó deponer al papa, aunque fracasó estrepitosamente, por lo que fue apresado y descuartizado.

La venganza de Marozia.

Marozia que fue obligada a ver el cuerpo de su marido mutilado, urdió una terrible venganza. Lo primero que hizo fue contraer matrimonio con Guido de Toscana, que bajo el influjo de su nueva esposa se dirigió a Roma y obligó a deponer a Juan X, siendo encarcelado en las mazmorras de Sant Angelo y muerto en extrañas circunstancias al poco tiempo.

A pesar de la influencia de Marozia entre la curia romana, no logró su objetivo de colocar en la silla de San Pedro a su hijo bastardo. Aunque casualmente los papas elegidos por la curia fueron cayendo muertos en extrañas circunstancias, León VI (928) murió envenenado y su sucesor Esteban VII pereció en similares circunstancias (930). Finalmente, Marozia consiguió lo que tanto había anhelado, el nombramiento de su hijo como sumo pontífice de Roma, bajo el nombre de Juan XI.

Papa Juan XI, hijo de Marozia.

Juan XI, pasará la historia por ser uno de los peores papas que halla sufrido la Iglesia católica, su lujuría y depravación le valieron ser conocido como "el Tiberio de San Pedro", corriendo todo tipo de historias sórdidas sobre su mandato: el secuestro y violación de una madre y sus dos hijas que vinieron a rendirle sus respetos; el mantenimiento de un prostíbulo masculino para el disfrute de suyo y de sus amigos cortesanos.

El fin de la pornocracia.

Boda de Marozia con
Hugo de Arlés.
Las ansias de poder de Marozia, al igual que su madre, parecen no tener fin, ya que tras la muerte de su segundo marido, Guido de Toscana, decide casarse con hermanastro de éste, Hugo de Arlés, rey de Provenza, consiguiendo para ello la anulación de su vigente matrimonio, con el claro beneplácito del Papa Juan XI.

El nuevo matrimonio se celebra en el 932, provocando que el hijo mayor de Marozia, Alberico II vea peligrar su fortuna y sus aspiraciones políticas, por lo que acusa a su madre de violar las normas de Dios con la complaciencia del propio papa. Por lo que Alberico II toma con su ejército el castillo de Sant Angelo, provocando la huida de Hugo de Arlés y capturando a su madre y a su hermano, el papa Juan XI.  Este hecho marca el fin de la pornocracia, ya que Marozia cayó en desgracia y perdió todo el poder que había mantendido desde la elección como papa de Sergio III.

Alberico II quiso establecer un período de "Papas buenos y honrados" (León VII, Esteban VIII, Marino II y Agapito II), alejados de las intrigas del poder político. Para ello, matuvo a su propia madre, durante más de 20 años, encerrada en los calabozos de Sant Angelo. A pesar de su reclusión algunas fuentes quieren sumar más conspiraciones a la pobre Marozia, ya que narran que Esteban VIII fue ejecutado por Alberico II al ser una descubierta una conspiración urdida por ella.

Muerte de Marozia

Sobre la muerte de Marozia tenemos diferentes versiones, en una de ellas muere a la edad de 63 años, cuando una vez fallecido su marido Alberico II (954), es trasladada de la cárcel a un convento donde muere poco después.

En la otra versión, algo más cruel, sucede en el año 986, Marozia contaba con más de 90 años y sus débiles huesos de anciana seguían languideciendo en la prisión. El papa de por aquel entonces Gregorio V y el emperador Otón III decidieron poner fin a su suplicio, para ello, mandaron a un obispo a exorcizarla y levantarle su pena de excomunión, una vez absuelta de sus pecados fue ahogada con una almohada.


LAS SEMILLAS DE LA PORNOCRACIA

Papa Juan XII, nieto de Marozia

Marozia no fue sólo amante de papas, sino también madre y abuela de papas. Su leyenda negra se acrecentó al hacerla responsable de los excesos cometidos por su nieto, el Papa Juan XII,  a pesar de que durante su pontificado ella siguió recluida en su prisión de Sant Angelo.
Retrato idealizado de Juan XII

Juan XII era hijo de Alberico II de Spoleto y bajo su mandato se cometieron todo tipo de excesos y perversiones, ganándose el apelativo de "el Calígula del papado", bisexual, lascivo, pervertido, voyeaur, las oscuras historias sobre su papado no tienen fin; obligaba a jóvenes nobles a tener sexo delante de la corte, disfrutaba con espectáculos de zoofilia, gastó buena parte del dinero papal en montar un prostíbulo en uno de sus palacios papales y regalando valiosas joyas a sus amantes, también se le acusó de secuestrar a peregrinas para después violarlas, incluso se le acusó de pedofilia e incesto con su propia hermana de 14 años.

El pontificado de Juan XII estuvo amenazado tanto por enemigos internos, como externos, huyó del trono de San Pedro ante el avance del Emperador alemán Otón I siendo juzgado en su ausencia. Pero ante el levantamiento del pueblo romano por la ocupación e imposiciones alemanas fue llamado para volver a ocupar su puesto, tomando terribles represalias contra los prelados que testificaron en su contra: "Luego, el apóstata regresó a Roma, derrocó a León VIII, le cortó la nariz, la lengua y los dedos al cardenal Diácono, despellejó al obispo Otger, decapitó al notario Azzo y a otros sesenta y tres miembros del clero y la nobleza de Roma".

Su muerte, acecida en el año 964, fue un claro reflejo de su vida, murió a manos de un marido celoso que lo encontró en la cama con su mujer, le asestó varias puñaladas pero como no acababa de morirse le asestó con un mazo un golpe definitivo en el cuello.

Conclusión

A pesar de los muchos períodos oscuros por los que ha pasado la Iglesia Católica, nuestras dos protagonistas, Teodora y Marozia, han sido dos de los personajes más vilipendiados en la historia; el sólo nombre de este período, Pornocracia, puede resultar bastante ofensivo.

Y es que, uno de los hechos más dolorosos para una institución tan machista como la Iglesia Católica es que, durante 50 años, dos mujeres dominaron el trono de San Pedro, poniendo y quitando papas a su antojo. Se las ha acusado de rameras, de concubinas, de incesto, de utilizar el sexo como su principal arma para controlar al Papado, cualquier cosa para desmerecer a estas dos poderosas e inteligentes mujeres, que fueron capaces de sobresalir en un mundo dominado por los hombres.

Imagen nocturna del Vaticano.
Un claro ejemplo de este pensamiento lo vemos en el cardenal César Baronio que describe a Marozia y a su madre como «vanagloriosas Mesalinas llenas de lujuria carnal, y de todo tipo de astucias para la maldad con la que gobernaron Roma, y prostituyeron el trono de Pedro para sus predilectos, favoritos y amantes».

Y es que la Iglesia nunca ha perdido la ocasión de culpar a la mujer de sus males en cuanto ha tenido la menor ocasión, mucho mejor que hacer autocrítica; y es que no se puede culpar a estas dos mujeres del comportamiento general de una curia romana totalmente corrupta e inmoral; donde la mayoría de obispos de la ciudad de Roma estaban casados; y donde las fiestas y orgías con prostitutas en el interior de los muros del Vaticano siguió siendo un hecho bastante habitual, pero eso, ya es otra historia...




Listado de Papas de la Pornocracia: León V (903 – 904), Sergio III (904 – 911), Anastasio III (911 – 913), Landón (913 - 914 sólo seis meses), Juan X (914 – 928), León VI (928 - 929 sólo siete meses), Esteban VII (929 – 931), Juan XI (931 – 935), León VII (935 – 939) [...] Juan XII (955-964)



Bibliografía:

Frattini, E.; Los papas y el sexo, Espasa Libros, 2010.

[En Internet]

http://andreumartin.wordpress.com/2013/10/21/pornocracia/

 http://greatmike.blogspot.com.es/2009/03/la-pornocracia.html